La primera salida tranquila de una tarde de verano por la bonita ciudad de Santander. Ya se verá cómo es esta ciudad en invierno, pero en verano es un hervidero de gente. Parece que hay mucho turismo, pero creo que aquí nadie se queda en casa por las tardes. Gente paseando, gente de compras, gente de vinos, gente de terraceo… y además un montón de actos culturales y sociales. Una maravilla de ciudad.
Y para disfrutarla, nada mejor que un bonito vestido de seda, estampado del siempre favorecedor paisley, y acompañado de una chaqueta kimono y complementos en tonos camel para contrarrestar tanto color:
El vestido fue regalo de cumpleaños de una gran amiga que prefiere seguir en el economato, digo en el anonimato:
El clutch que llevo de Purificación García fue uno de los estupendos regalos que me hicieron mis compañeros de trabajo en la comida de despedida.
Ya con la chaqueta kimono puesta, que al lado del mar en cuanto se va el sol empieza a refrescar. Por cierto, esta chaqueta me recuerda mucho a mi primer traje de Adolfo Domínguez, que empezó haciendo trajes extrañísimos en los años 80, sobre todo de cuello smoking y manga japonesa, como ésta.
Después de la sesión de fotos siguió el vinito con las tapas en el Fuente Dé, y luego vinieron unas risas estupendas…
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