La subida al Faro del Cabo Mayor es ineludible:
Las vistas desde allí son grandiosas. Esas motitas negras que veis en lo alto del cabo son personas:
Una paradita en la Playa del Camello, para que veais porqué le llaman así:
El paseo por la Magdalena es una delicia:
Aquí, junto a mis pensamientos:
Desde allí se ve perfectamente la Isla de Mouro:
Pillamos a los pingüinos justo a la hora de comer:
Mi afición por los automóviles de color rosa es ya algo sospechoso:
La zona comercial de Santander es muy amplia. No me explico como sólo hay una tienda de Zara.
Y ya me despido por hoy de vosotras y de esta preciosa ciudad hasta la próxima visita.
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