Aunque ya estamos pensando más en el puente de mayo de las Letras Gallegas, que en el pasado de Semana Santa, yo os voy a contar hoy donde estuve por esas fechas. En Santander, una ciudad preciosa, con unos alrededores también espectaculares.
Los outfits que llevo no son nada del otro mundo, de lo más normal para ir de turistilla muy cómoda. Y la comodidad, que en mi caso empieza por los pies, implica sencillez. Sólo os quiero mostrar mi recorrido por esta linda ciudad.
Empezamos en el Sardinero. Llegamos el jueves con un día estupendo, la gente en la playa y descamisada y en chanclas, y nosotros ¡con chaqueta! ¡teníamos frío! ¡Estos cántabros son de hierro!
Seguimos por el Paseo de Pereda que separa a la ciudad del mar:
Aquí los helados son enormes:
Primera parada para tomar un vino en uno de mis sitios favoritos «Las hijas de Florencio» ¡vaya tapas!
En la plaza del Cañadío hay mucho ambiente:
También hay tiempo para escaparatear. ¿Os suena este modelito de Lanvin?
¿Y estos bolsitos de Celine?
Todo ello y mucho más en la tienda Perchas, en pleno Paseo de Pereda.
También hay zapatos de Mascaró:
Al día siguiente tocó campo y playa, pero ya estaba nublado:
Aquí estoy en la playa de Portío:
Y aquí en un bucólico lago:
Por la tarde vimos procesiones, más escaparates y luego otra vez tomamos unos vinitos. Fijaros que espectáculo de color y pedrería:
Estas ranas me recuerdan a alguien:
Mañana, segunda parte.
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