He dejado pasar un tiempo prudencial desde que se celebró esta pasarela para que no se pueda decir que me dió un calentón. Pero creo que ya es hora de que alguien haga un esfuerzo por ser objetivo y escribir una crítica constructiva sobre este evento. Lo que voy a decir a continuación no tiene la intención de ofender a nadie, sino de intentar aportar una mejora a una pasarela que dice llamarse la Semana Internacional de la Moda en Cantabria y que algunos quieren que sea «La Pasarela del Norte».
Es la segunda vez que asisto y no puedo comparar esta edición con las anteriores mas que con fotos o por lo que me cuentan algunas personas que participaron.
Para empezar, un evento que se llama «Semana de…» no puede durar dos días. Habrá que cambiarle el nombre al evento o la duración del mismo. Tampoco es muy lógico juntar en el mismo evento a diseñadores de reconocido prestigio, incluso de alta costura como Ángel Palazuelos, con ropa lowcost de tiendas al por menor. Flaco favor se les hace a uno y otras, unos se desprestigian y otras mueren en la comparación.
No es nada coherente aunar moda y danza si no se hace con un gusto exquisito. Todas esas actuaciones bienintencionadas de chicas que asisten a clase de danza están muy bien para una jornada de fin de curso en su academia, pero no para un acto que pretende darse categoria. No pasa nada por dejar al público, y de paso a las modelos, descansar entre desfile y desfile. Se pone una música suave, se levanta uno y a charlar con los conocidos, a cambiar impresiones sobre lo visto en los desfiles como se hace en otras Fashion Weeks, como la de Madrid o Barcelona.
Las sillas de plástico blanco de chiringuito de verano son una cutrez espantosa. La pasarela de metro y medio de altura está completamente anticuada y causa tortícolis al frontrow (primera fila del público). Es tan alta que a las modelos se les ve la ropa interior y parece que sólo tienen piernas; no se ve la parte superior de los vestidos, y por supuesto el peinado sólo se intuye. Los únicos que pueden ver dignamente el desfile son los fotógrafos; el público asistente se lo pierde casi todo. La tela negra que cubre esa altísima pasarela está ajada y llena de bolitas y es tan antigua como la propia SFW y ya van nueve años. El artefacto usado como pasarela no puede ser más horroroso; imita un suelo de baldosa de granito brillante, refleja todas las luces además de los flashes de los fotógrafos y es muy resbaladiza. Parece metálica, se oye el taconeo de las modelos al pasar a pesar de lo alta que está la música.
Lo más adecuado, y lo que se ve más frecuentemente en las mejores pasarelas del mundo a poco que naveguemos por internet, que tampoco hace falta viajar al famoso eje Milán-Londrés-Paris-Nueva York, son pasarelas a la altura del suelo, con gradas que se elevan para el público. Una sencilla moqueta bien estirada
El arreglo floral sobra totalmente. Lo que tiene que destacar en un desfile es la ropa, no el fondo. Si no hay dinero para un buen escenario o decoración, mejor dejarlo vacío.
La iluminación es errónea. Está situada en la parte superior por encima de las cabezas de las modelos, lo que produce miles de sombras en la ropa y en sus rostros, a pesar del uso del flash. La correcta iluminación de un desfile es frontal al paso de las modelos.
En la primera entrada que hice sobre este evento, ya dije algo sobre lo de planchar la ropa antes de salir a desfilar. He aquí más ejemplos:
También hay que tener cuidado con los dobladillos, los hilvanes, la talla que usan las modelos…
Hay representaciones que es mejor dejarlas para el teatro:
La lencería en moda no se usa para caldear el ambiente…
…pero tampoco para mostrar lo básico de lo básico. ¿En que otra pasarela internacional de moda mostrarían unas prendas como estas?
Todo ello me lleva a decir que cada vez admiro más el gran trabajo que hacen las y los modelos que voy conociendo desfile tras desfile, pues aún con todos estos inconvenientes, ellas y ellos hacen que sigamos creyendo en el gran potencial que tiene esta región para la MODA con mayúsculas.
(Junto a ellas y los tocados, lo mejor de este desfile fueron los perritos)
Hay mucha y buena moda en Cantabria y en concreto en Santander. Doy por supuesto que organizar un evento de este tipo no es tarea fácil; hay que coordinar a muchas empresas y personas participantes. Pero creo que algo que pretende tener un nombre tan importante tiene que demostrarlo año tras año, y superarse a sí mismo, no dormirse en los laureles de antaño y vivir de inercias, sino imitar a los grandes y hacer soñar al público con la magia de la moda. Una pasarela tiene que sorprender, fascinar, llamar la atención y yo me pregunto si ésto es lo mejor que en cuanto a moda puede ofrecer Cantabria.
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