Por semana y para ir a trabajar tengo que vestirme de señora seria y respetable con lo que los experimentos y las posibles modernidades están muy restringidas. Pero cuando llega el finde, si el tiempo lo permite, me concedo alguna licencia y decido probar cosas nuevas.
Realmente combinar una gabardina clásica con un vaquero no es nada del otro jueves, pero según lo que le añadas cambia de un extremo a otro.
Así que saqué del armario la joya de la corona que es el Chanel 2,55
Me subí en 10,5 centímetros de tacón. Ahí es “ná”. Y salí a comerme el mundo – más bien la cámara de fotos –
Pero luego para pasear por Oviedo me volví de nuevo a mi estilo de siempre.
La camiseta tiene el número en tachuelas brillantes y resulta divertida
El bolso es de las últimas rebajas de una tienda de Oviedo. Llevaba viéndolo todo el invierno, pero me parecía caro y no me apetecía gastar, así que cuando lo vi en ese rojo cereza y por 65 € de charol de verdad, no lo dudé y me lo traje para casa.
Los zapatos en el rosa pastel de los bebés, son cómodos hasta decir basta y con ese medio tacón puedo caminar con ellos hasta el fin del mundo.
Y el foulard, fruto de una incursión en Primark, ya no se lleva tanto, pero con esos colores alegra la vista y la vida.
Gabardina, zapatos y pantalón: Zara ( de temporada)
Jersey: Stradivarius ( de temporada)
Bolso cereza: Cábala ( tienda local)
Foulard: Primark
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