Uff! Esta temporada me ha costado ponerme con las tendencias. No me tienen especialmente maravillada a exepción de un par de cosas.
En general creo que se pueden dividir en mini o maxi, minimales o barrocas, transparentes o fosforitos, supersobrias o exageradísimas…
Vamos, que este año no hay término medio en las pasarelas. Lo vamos a tener que hacer nosotras, porque según lo que disponen los diseñadores o vamos hechas una virginal bailarina de ballet o vamos de Carmen Miranda por la vida:
Que la tal brasileña me encanta por sus películas y sus cantitos:
Pero de ahí a vestirme de lo que Miuccia entiende por tropical, pues como que no.
Creo que lo que se lleva esta primavera son las dicotomías, los contrarios u opuestos, vaya! El mininal de Chloé versus el maximal de Prada (ojo a los plátanos):
Ir de gótica (Chanel) o de flamígera (Gucci):
Llevar flecos, ya sea la película de indios (Roberto Cavalli) o de vaqueros (Ralph Lauren):
Ir de chicazo (Dsquared2) o de chiqullia (D&G):
Hacer deporte con lycra (Max Mara) o dormir una siesta sureña a lo Escarlata con lencería (Dolce & Gabanna):
Revivir los 70′ a lo psicodélico (Missoni) o a lo Studio 54 (Paul & Joe):
Ahora toca repasar e ir eligiendo lo que más gusta, revisar lo que tenemos en el armario que se ajuste a lo elegido y echar el ojo a aquello que nos vaya convenciendo.
En sucesivas entradas os iré contando cuales son mis tendencias preferidas, los modelitos de los diseñadores que más me han gustado, y su correspondencia en las marcas low cost. Pero yo, los plátanos no me los pongo ni harta de vino.
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