Ya que estamos declinando las variedades del gris, y aprovechando que es un color muy apropiado para aspectos formales, decidí meterle una dosis inmensa de sofisticación.
Sí, para empezar a romper la sobriedad de pies a cabeza, unos tacones de vértigo en plata. A fin de cuentas se trata de una variedad del mismo color, pero brillante, atrevida, transgresora, sin calcetines para acentuar aún más el romper moldes
Gris, plata, malva, rosa…. Como si fuera un atardecer de Madrid en primavera con el cielo vestido de mil tonalidades, en una maravillosa paleta que recoge todos los matices de esos tonos en una luz que se reestrena cada tarde.
Flores ciruela, rosa, malva, como esas hortensias que cortas al final del verano y dejas secar hacia abajo en un cuarto oscuro. Al cabo de unos días las encuentras convertidas en una especie de flores de papel con sus colores algo desvaídos, pero con la fuerza suficiente como para seguir adornando todo un invierno
Chorrera de volantes plisados recordando la espuma de las olas en los días de mar agitada. Rompiendo sobre las rocas, pulverizándose en mil gotas que se reflejan en las nubes gris marengo y nos empapan a poco que nos descuidemos.
Porque cuando se juntan elementos muy dispares, a veces se consiguen resultados muy armónicos y un conjunto que podría ser solo serio también sirve para soñar.
Pantalón: Sfera.
Camisa y Chaqueta: H&M
Zapatos: Bershka.
AGRADECIMIENTOS AL GIMNASIO AYALA DE OVIEDO, EN CUYAS INSTALACIONES SE HICIERON LAS FOTOGRAFÍAS
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