De allí vengo, y aquí os lo cuento.
En Garayo cambiaron los maniquíes frios y estáticos por unas modelos guapísimas y glamurosas.
El resultado de lo más sorprendente. Gente parándose delante de escaparate a ver si parpadeaban o se movían, o como yo a intentar hacerles reir…
Una idea genial para animar más aún el ambiente navideño que se respira en la ciudad de Santander, que hoy ha inaugurado el alumbrado para estas fiestas.