Ya conoceis mi querencia por estas muñequitas.
La primera que adquirí es de piel blanca y pelo largo.
Pero el otro día no me pude resistir a esta monada de piel tostada y pelo corto:
Fijaros que carita tan linda:
Y esta vez viene con un vestidito precioso y con su bolso haciendo juego y todo:
Es una manera de volver a la infancia, nada más mirarla, y volver a sentir aquella sensación de fascinación por la belleza inalcanzable materializada en tu juguete, a la que podías achuchar, peinar, dar de comer y vestir.
Todo proceso de identificación con el género femenino pasa por la posesión de una muñeca. Y volver a tener una revive lo más femenino que hay en mi.
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