Cuero y Piel

Son dos tendencias que han vuelto recientemente a las pasarelas, después de años de ostracismo. Primero fue el cuero y desde hace un par de temporadas la piel, al principio tímidamente y ahora con un furor tremendo, que hasta la sintética está bien vista por los gurús de la moda.

Karl Lagerfeld la usó con profusión en el desfile de Otoño-Invierno de Chanel, y menos mal, porque si no las pobres modelos, desfilando entre icebergs auténticos que se derretían a sus pies, iban a morirse en el trabajo, cual pobre albañil en la obra:

Pero el cuero, ya ronda las pasarelas de arriba a abajo y de delante para atrás. En total look, como propone Bottega & Veneta:

… o combinado con otros materiales como punto, tweed, paño, seda, etc. como dispone Isabel Marant:

Pero una chica EPD no debería abusar tanto de un material tan vistoso como la piel o el cuero, mejor mezclado que en total look, y mejor en prendas menos definidas estilisticamente, es decir, ni tan yeti ni tan años 80′.

Un bonito chaquetón aunque sea sintético o una chaqueta o cazadora de cuero con una falda o pantalón básicos. Esa es la idea EPD. (Aunque estoy pensando que un chaquetón de pelo con un pantalón de cuero, tampoco quedarían mal si no son estrambóticos ninguno de los dos)

Hoy vamos con el cuero y dejamos la piel para otro día.

Os voy a mostrar las dos prendas de cuero negro que tengo, y que  nunca pondré juntas porque aún tengo marcado a fuego lo de no parecer una motera.

El pantalón es del año pasado, de hechura vaquera y bajo de cadera, adquirido en las rebajísimas de Mango. Un chollo:

Y la «no-chaqueta-ni-cazadora» es una de las joyitas de mi armario. Ni es chaqueta de solapas, ni es cazadora abombada. Es entallada, con un estrecho cinturón que aún la feminiza más, y de una napa suavísima. La conseguí en una tienda-fábrica de Extremadura, cerca de Mérida, concretamente en un pueblo al lado de Alange, donde hay un balneario romano precioso.

Son dos multiusos clásicos, conseguidos a muy buen precio, que bien tratados pueden durar muchos años y que combinan casi con todo.

Voy a ir creando outfits con ellos y os los voy enseñando.

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El pueblo de Extremadura se llama La Zarza, me lo acaba de soplar mi amiga Nuria, que vino conmigo en este viaje. Había varias tiendas-fábrica de piel.

Diseñadora de vestidos de muñecas en la tierna infancia y adolescencia. Tardía estudiante de Corte y Confección. Vocación frustrada: ser diseñadora de moda, estilista, personal shopper, cool hunter, patronista, modista, lo que sea relacionado con la moda... Un caso perdido de "pasión trapística".

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