Es una colección hiperfemenina, delicada y sinuosa, latina pero sin excesos folkclóricos como la de verano.
He elegido estos modelitos y me los llevaría a un crucero de lujo por el Danubio, con mucho glamour y un gran baile final para lucir el último vestido, digno de una gran gala:
Por cierto, cuando vi este desfile pensé que se les había olvidado peinar a las modelos y las habían dejado salir tal cual llegan de madrugada, recién levantadas de la cama. Pero no, resulta que es la última tendencia en peluquería, el «peinado despeinado». Pues a mi no me gusta para estos trapitos, la verdad. Quizás para irme a la playa con mis vestiditos «5 leuros» tenga un pase, pero para unos trapos de tanta alcurnia…
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