Porque no todas usamos lentillas, porque no todas nos hemos operado todavía, algunas llevamos gafas a diario o casi. Y aunque los diseñadores no se olvidan de nosotras,
sólo podemos ir a las ópticas para informarnos de las tendencias en monturas y ver las que nos quedan bien.
Las revistas de moda pocas veces se ocupan de nosotras, aunque sí lo hacen mucho si se trata de gafas de sol.
Lo que si parece que ya no tiene vuelta a atrás es el destierro de las gafas de metal por las de pasta, y las de patillas anchas por las estrechas
Igual que los zapatos de punta: la que guardó sus Rayban sunglasses tiene un tesoro. A veces creo que esto de las tendencias es sólo para que soltemos la pasta y como la Agni: «Señora, compre una Agni y tire la vieja».
Además creo que deberían dejar pasar un poco más de tiempo entre un revival y otro: por ejemplo, si a los 20 me puse los leggins hasta para dormir, a los 40 me costó mucho ponérmelos otra vez, no me apetece volver a vestirme igual. Como la moda de los 50 yo no la viví, me apetece probar a ver como me veo, pero volver a ponerme las gafas de las secretarias del Un, Dos, Tres, pues como que no:
Y eso que las gafas de Prada de la pasarela O-I no me las pongo ni en Carnaval: