Carta a Amancio Ortega

Estimado Sr. Amancio.

Soy una de tantas compradoras compulsivas de sus creaciones desde los años 80′.

En mi curriculum inditexero hay apartados para todas las líneas que ha abierto. Cuando quiero sentirme adolescente me compro una camiseta de Berska; si quiero ponerme preppy eligo una blazer de Massimo Dutti; los vestidos y camisas de Zara siempre me sacan de apuros; en Stradivarius aprendí a escoger must de temporada; para ceremonias y otros eventos me dirijo sin pensarlo dos veces a Uterqüe; y en Pull & Bear siempre encuentro algo que ponerme para el fin de semana.

Pero los años van pasando. Mi cuerpo, que trato de mantener en su sitio a duras penas, va cambiando de forma, la cintura se ensancha, los brazos necesitan más sisa, mis muslos están mejor tapados y mis pies ya no aguantan tanto taconazo pero tampoco las bailarinas. Es decir, me hago más vieja, pero quiero seguir estando guapa y favorecida, que la ropa me rejuvenezca sin acabar de «Barbie Geriátrica», deseo seguir poniendo prendas de su Imperio, con su estilo y su precio, pero cada vez me resulta más difícil.

Como he observado últimamente que en ciertas tiendas, ha puesto Vd. un rinconcito con ropa y complementos más adecuada para mi cuerpo y edad, me atrevo a hecerle la siguiente sugerencia: ¡Abra una linea de tiendas para mujeres de 40 años en adelante! Somos muchas, nos gusta ir monas, elegantes a la par que discretas. Necesitamos nuestros vaqueros de talle más alto, las faldas alrededor de la rodilla, solemos tener pecho en vez de tetitas, nos encantan los vestidos con buena caída y los zapatos de tacón de 5 cm además de comprarlos, nos los ponemos. No queremos ir siempre de negro aunque estilice mucho. Nos gustan los estampados, pero que no sean de bata de abuela.

Le necesitamos. No queremos ir de Norma Duval con la ropa de Punto Roma (arjjjjj!!!) ni ponernos las cosas anodinas de Cortefiel.

Ya me despido esperando que haya perdonado mi osadía de dirigirme a Vd en estos términos, pero es que la cosa me urge.

Atentamente

Una fan, fan, fan, fanática de Inditex.

 

 

Diseñadora de vestidos de muñecas en la tierna infancia y adolescencia. Tardía estudiante de Corte y Confección. Vocación frustrada: ser diseñadora de moda, estilista, personal shopper, cool hunter, patronista, modista, lo que sea relacionado con la moda... Un caso perdido de "pasión trapística".

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