Si ayer hacía un día agradable que animaba a pensar en la primavera y la luz, hoy la lluvia- al menos en Oviedo- ha venido a recordarnos que aún estamos en invierno, que hace frío y que no echemos las campanas al vuelo porque todavía nos queda travesía antes de vestirnos de tonos claros.
Nosotros habíamos pensado en salir a hacer fotos, así que yo me arreglé, Julián sacó la cámara grande y nos encaminamos a la calle, animados por algún rayín de sol que salía tímidamente entre las nubes.
Pero según llegamos al portal una lluvia fina y persistente nos hizo desistir de la idea.
Cambié el atuendo, me puse cómoda y para no perder del todo la moral, me vestí de beige, que a estas alturas, lejos de la plaga del pasado invierno, resulta un tono muy adecuado para la transición.
Creo que fue Marta, la blogger que bautizó este vestido como el modelo «Abeja Maya», yo lo tengo desde que Zara lo sacó en 2010 y lo cierto es que resulta lo que nuestras madres llamaban un modelo de entretiempo. Ni demasiado claro para resultar poco apropiado cuando aún hace frío, ni demasiado oscuro, para poder sacarlo cuando el sol se empieza a animar.
Pertrechada bajo mi paraguas de bicicletas me dediqué a poner al mal tiempo buena cara.
Y cuando volvimos a casa, colocando las bufandas en lo alto del armario apareció una pamela gigante que me probé para reírnos un poco. A Julián le pareció tan divertida que me sacó esta foto mientras las pashminas volaban por los aires. Os la mando para que os riais vosotros también.
Vestido y cazadora: Zara
Bolso y paraguas: DayaDay
Zapatos: El Corte Inglés
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