¡Ole con Ole!
Ea! que no se diga que no hace caló!
Yo no se si es por la caló o por la menopausia que amenaza pero cada vez necesito más mi abanico.
Al principo me daba un poco de corte porque aquí en el norte no es muy corriente usarlo, a lo más un folleto de publicidad para darse un par de meneos. Pero cuando empiezo a sudar y no hay una gota de aire… ¡ande yo caliente, que se ría la gente!, bueno en este caso ¡ande yo fresca!
Empecé por el pequeño de color rosa y mirar a donde he llegado:
Como veis todos son muy sencillitos. Así tengo para combinar con la ropa. Es imprescindible en las ceremonias de esta época si no queremos acabar con nuestro maquillaje y pegadas a nuestro mejor vestido.
Lo llevo en el bolso a cualquier sitio: al trabajo, de paseo, de compras… acompañado de un botellín de agua mineral.
Si quereis alguno más especial, aquí teneis los de Agata Ruiz de la Prada. Me horroriza la ropa que diseña esta mujer, pero los abanicos son monos…
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